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SARAH BECQUER RECOVERY OIL 30 ML

49,90 €
Impuestos excluidos
Tu aliado perfecto para recuperar tu piel cuando más lo necesitas. Se trata de un concentrado de siete aceites esenciales y vegetales con capacidad de recuperar las pieles más secas y sensibles, reparando la barrera cutánea. Un elixir en el que basta nombrar a la rosa de mosqueta, las semillas de la uva, o la palmarosa, para que ya no quieras prescindir de él. Su textura de aceite seco se funde perfectamente con la piel, favoreciendo la penetración de sus activos. Unas gotas de este precioso aceite sólo o mezclado con los productos que conformen tu rutina cosmética potenciarán su capacidad de reparación y nutrición, descansando tu piel. Sofisticando tu momento de belleza.

Cantidad

Aceite de pepita de uva: El aceite de pepita de uva se obtiene por presión en frío de la semilla de la uva. Es de color amarillo-verdoso pálido y de olor suave. Su principal virtud es que proporciona a la piel notables beneficios contra el envejecimiento. El aceite de pepita de uva está compuesto por ácidos grasos poliinsaturados: un 70 % de omega-6, y un 20 % de omega-9, lo que ayuda a ralentizar el envejecimiento de la piel, entre otras muchas cualidades. Tiene un alto contenido en vitamina E, proantocianidina, resveratrol y bioflavonoides, lo que lo convierte en un aceite excepcional para nuestra piel y en general para contrarrestar los radicales libres. Es de textura ligera, no deja la piel grasa y es un aceite de rápida penetración. Su alto contenido en ácidos grasos poliinsaturados estimula el colágeno y la elastina y sus antioxidantes ayudan a neutralizar los radicales libres, responsables del envejecimiento celular. Es de rápida absorción, sin dejar sensación grasa y no es comedogénico. Aceite de jojoba: El aceite de jojoba es un producto natural que se extrae de las semillas de la planta Simmondsia chinensis, originaria de las zonas desérticas del suroeste de Estados Unidos y norte de Méjico. En su compleja composición hay un 97% de ceramidas, lo que hace que resulte extremadamente estable al calor y a la oxidación conservándose perfectamente con el paso del tiempo y manteniendo íntegras sus propiedades. Las ceramidas son sustancias que recubren las células de la epidermis regulando su hidratación. Como las ceramidas del aceite de jojoba son muy similares a las de la piel, ayudan de manera mimética a la reparación y mantenimiento de la estructura de la piel. El aceite de jojoba además de penetrar muy bien en la piel, tiene propiedades antioxidantes y antienvejecimiento, ya que ayuda a neutralizar los radicales libres. Además de tener propiedades antimicrobianas, calma y desinflama la piel, eliminando las rojeces que aparecen en el rostro debido a sensibilidades cutáneas pasajeras producidads por eccemas o acné. Aceite de palmarosa: El aceite esencial de Palmarosa se extrae de una planta herbácea perteneciente a la familia de las gramíneas. Usado en cosmética tiene poder regenerador, antiarrugas e hidratante, vigorizando la piel madura. Su gran poder hidratante hace que disminuya la sequedad de la piel a la vez que aporta suavidad y un agradable aroma. Además, regula la cantidad de sebo producida por la piel, que unido a su potente efecto calmante, ayuda a calmar la piel grasa con tendencia acneica. Este maravilloso elixir también se utiliza para estimular la regeneración celular. Aceite de rosa de mosqueta: Su composición rica en vitaminas, ácidos grasos esenciales y antioxidantes hace de este aceite un imprescindible compañero en los preparados cosméticos. Tiene un claro efecto hidratante y reparador de la piel ya que ayuda a la formación de colágeno y elastina, devolviendo tersura y luminosidad a la piel. Al estar compuesto en gran medida por ácidos grasos esenciales como el linoleico (omega 6) y linolénico (omega 3), antioxidantes y vitaminas A, C y E, tiene un enorme poder contra los radicales libres causantes del envejecimiento cutáneo. Aceite de peonía: Sus extractos vegetales tienen un alto poder antioxidante. También tiene propiedades calmantes, antioxidantes, antiinflamatorias y regeneradoras. Todo ello hace de esta flor un pequeño milagro de la naturaleza para mitigar el envejecimiento cutáneo y luchar contra los radicales libres. La peonía es un perfecto aliado para luchar contra el estrés oxidativo causado por el día a día en las ciudades, donde la contaminación hace estragos también en la piel. Además, la peonía cuenta con un escudo natural, llamado Paeonol, que activa los mecanismos de defensa natural de la piel, ayudándola a regenerar y reafirmar la epidermis. Su composición la hace ideal para pieles secas, deshidratadas y desvitalizadas en general. La Peonía puede utilizarse en los diferentes tipos de piel, pero es especialmente ideal en aquellas que quieren mejorar su luminosidad y firmeza. También se beneficiarán aquellas pieles que pasan mucho tiempo al aire libre o expuestas a agentes ambientales en las ciudades, y quieren proteger su piel de la permanente exposición a los radicales libres. Aceite de sésamo: Se obtiene por prensado en frío de las semillas de sésamo manteniendo intactas todas las propiedades del aceite. Se trata de un aceite muy rico en vitamina E lo que ayuda a hidratar la piel en profundidad, revitalizándola. Contiene antioxidantes muy beneficiosos para la piel haciendo que el envejecimiento celular sea más lento. Tiene en torno a un 42% de ácidos grasos poliinsaturados de la serie omega-6 (ácido linoleico). Este tipo de ácidos grasos no son generados por nuestro organismo, por lo que deben de ser aportados. Aplicado sobre la piel el omega-6 la hidrata y nutre en profundidad, reduciendo y mejorando las áreas especialmente secas, incluso los eccemas. Al tratarse de un aceite muy afín a la piel, alcanza las capas más profundas nutriendo los fibroblastos y estimulando la producción de colágeno y elastina. Para una recuperación perfecta. Aceite de girasol: Contiene propiedades emolientes y calmantes. E rico en antioxidantes y nutrientes, por lo que es muy utilizado en el cuidado facial. Además, tiene una destacada propiedad antioxidante, por lo que es un gran aliado contra el envejecimiento, ayudando a prevenir la aparición de arrugas y líneas de expresión